lunes, 1 de febrero de 2010

Edith


“La Vie en Rose,” (2007) es una larga y enfebrecida biografía fílmica de Édith Piaf, la brillante e incomparable estrella del firmamento cultural francés, escrita y dirigida por Olivier Dahan y representada por Marion Cotillard.






Al cruzar el óceano, después de una entusiástica recepción oficial, puede notarse que los norteamericanos no comprenden a Edith y que a pesar de pasarla bien en Nueva York y California, la incomprensión es mutua. Parece que ni siquiera probó un “corned beef sandwich” en un delicatessen de Manhattan, mientras conocía al boxeador Marcel Cerdan, luego su grande y trágico amor.







En tal sentido, la película de Dahan da la impresión de enfocar sus baterías, de alguna manera, a tender un puente en ese vacío. Y esto, no porque explique la apariencia de Piaf –a pesar de que sí ofrece al expectador la oportunidad de comprender las glorias de su voz- , sino más bien porque asimila su vida nitidamente, dentro de las convenciones de esta bio-épica musical. Algo como decir que los norteamericanos no tienen el monopolio de cantantes y compositores que emergen de niñeces traumáticas, batallas contra la adicción a las drogas, difíciles romances, y que al final ganan el corazón de millones, incluídos, en este caso, los organizadores del Grammy; cruzando las barreras culturales y de idioma musical.




La estructura de la película, debe decirse, es intrincada (mejor dicho, un verdadero relajo). Dohan se resiste al hábito de empezar por el final con flash backs al inicio, y empieza en el medio tardío, retrocede al inicio, regresa al casi final, brinca alrededor del temprano medio medio y luego a un par de casi finales y, ahora si, al realmente absoluto final, con un rápido y desconcertante rodeo a la parte inicial del medio temprano. Pero, poco a poco se va entendiendo. Es PG-13 . Contiene groserías subtituladas, uso de drogas y algunas referencias sexuales.


8 comentarios:

Dr. Krapp dijo...

Vi la película hace cosa de un año y me gustó sobre todo la interpretación de Marion Cotillard. Estoy de acuerdo contigo en lo de tender un puente, aunque no sé si es por motivos espúreos, es decir, hacer que el público americano, tan reacio a todo lo que viene de fuera, fuese a ver la película. El hecho de que se haya hecho hincapié en las biografías trágicas de cantantes y músicos americanos y no europeos tiene que ver con la propia difusión, casi imperialista, de la música venida de allá.

Armando dijo...

La actuación de Marion es indiscutible, Doc. Lo otro es en realidad derivado de una entrevistas a la actriz y al director en Youtube, parte de la campaña de lanzamiento. Sin duda, con cierta sorna de los entrevistadores al remarcar que es un tema trillado en el cine de norteamerica. Y en ese sentido, creo que tienes razon en que la intención, en parte fue de ablandamiento al público. Con la difusión del cine europeo en este género, puede ocurrir lo que pasó con el Jazz y se vuelva de doble vía. Más difícil ahora que los músicos están volcados a la técnica y a otro estilo de vida, que genera otro tipo de tragedias, que ya no tienen mucho interés para los espectadores de la vieja guardia (me incluyo).

Esther dijo...

Querido Armando, pues yo sí quiero probar un corned beef sandwich cuando vaya a finales de junio a Manhattan. ¿Por qué no?

La peli no la he visto, y gracias a tu entrada la doy por vista.

Estoy de acuerdo en que los músicos de ahora están volcados en la técnica, y añado que también en su propia imagen. Todos tienen una web perfecta, fotografías estupendas muy estudiadas que crean un look muy de jazz. He leído que viene la próxima semana a Madrid el joven trompetista Christian Scott, he visitado su web y es pura imagen, todo super cuidado. No me imagino a Charlie Parker cuidando en absoluto su imagen. g g g g

Un beso.

Armando dijo...

Fada Esther: Sua visita me deixa emocionado. Você é uma jóia. Você deu meu blog um toque internacional. g g g. Buena idea esa del corned beaf, te recomiendo el Jack Dempsey's Restaurant en Manhattan. Es fina técnica la de Christian, igual que su tío Donald (ojalá vinieran por aquí), pero no con el "Parker's mood" que merezca incluirlos en la ornitología del Jazz.

Besos

Troglo Jones dijo...

¡Ah, Edith Piaf! ¿Por qué será que las historias de dolor y sufrimiento gustan tanto? Yo tampoco he visto la peli. He de reconocer que, en general, no me gustan nada los bios.

Abrazos.

Armando dijo...

Pues si, Troglo. Ha veces uno piensa que suficiente tiene con los sufrimientos propios, pero cuando hay calidad en las historias personales filmadas, siempre hay algún mensaje más allá del dolor.

Un abrazo

Sebastián Mondéjar dijo...

Yo tampoco he visto la peli, aunque ya conocía esa entrevista a Olivier Dahan. La verdad es que a priori tiene muy buena pinta. La caracterización de Marion Cotillard me parece perfecta, desde luego.

Armando, ¡qué despliegue de información! El Dr. Krapp (vengo de su consulta) y tú podríais formar un consorcio de aúpa. Tenéis muchos puntos en común a la hora de desarrollar e ilustrar vuestros posts.

Armando dijo...

Pues francamente, amigo Sebastian, pelis como esta siempre me tocan el lado sentimentaloide y lacrimógeno y las disfruto. De lo otro, voy primero a pedir una cita al consultorio para que evalúe si a mis años es normal esta conducta (los tuyos no tanto, je je ) y luego, pues veremos lo del consorcio, aunque de alguna manera algunas de sus entradas le dan con frecuencia upas a las mías.